lunes, junio 08, 2020

Rodolfito

Después de tanto preguntar acerca de su vida, comienzo a narrar con una frase que se me ha quedado grabada en la piel; Uno hace todo lo que puede, con lo que tiene.

Rodolfo nace en un pueblo al norte de Sinaloa, en el contexto de un México rural que se dirigía hacia el progreso. Él nace en una familia humilde dentro de un pueblo agrícola. Hijo de Samuel y Tulita. Su padre, era un conductor de camión de pasajeros y en ocasiones, conductor de camiones de carga. Su madre, como casi todas las madres, se dedicaba a la ardua encomienda del hogar. Se dice que al padre se le pasaba la mano con las copas y con la ira.

En sus últimos años de niñez encontró en la señora Elodia un refugio que le cambió la vida. Para entonces la señora, no había podido concebir hijos, por lo cual, casi como consecuencia lógica, era ella una defensora de los niños violentados. Me imagino que no podría creer, que la gente tuviera hijos para mal tratarlos. En una ocasión, Elodia, enfrentó a su propio hermano y le echó al síndico para que le cayera con todo el peso de la ley, cuando Alfredo había violentado a su hijo y lo había dejado amarrado de un poste.  '¿Así nos trató nuestro padre, para que trates de esa manera al chamaco? - le decía firmemente a su hermano. Con esta misma energía también defendió al joven Rodolfo cuando su padre llegaba a buscarlo con un chicote, de esos con los que le pegaban a las mulas, para llevárselo a casa. Cuentan que otras doñitas se le sumaban para detener a aquel señor, y ¿qué creen? la unión hace la fuerza.

Creció bajo el cobijo de Elodia, a tía Elodia, y como era muy acomedido, hacia trabajos para su esposo en el campo. También se la llevaba con los vecinos de enfrente con la hermana de Elodia, la tía Anita y su esposo Ramón. jugaba y convivía con los hijos de esta pareja, que eran para él como sus hermanos, los Tapia; Alba, Tuni, Ramón, José Luis, Rosita, Pilo y Alejandro, quienes siempre lo vieron como uno más de la familia.

A finales de los 60s, la mayoría de jóvenes migraba del pueblo, en búsqueda de una vida mejor, aventuras y progreso. El joven Rodolfo no fue la excepción y migró a Ciduad Obregón a trabajar en la pizca de algodón. Fue invitado por un tío, pero como éste tío no tenía hijos de su edad, inmediatamente Carlos, su primo lo invitó a quedarse en su casa, al cabo todavía cabía uno más, a penas eran como 14. Así vivió con María, madre de Carlos, quien había se había exiliado del pueblo unos pocos años antes para mejorar la vida de su familia, obviamente sin el esposo.

Así eran los primeros años de Rodolfito... los demás ya los conocen o se los imaginan