miércoles, septiembre 06, 2006

Un Estado de Derecho(s), o un ejemplo más de impunidad por fallo jurídico, que parece ser lo mismo.

Para aquellos quienes tenían dudas de que México es un Estado de Derecho(s), el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) lo corrobora contundente e irrevocablemente, de manera real y simbólica. Es decir, estando regido por una administración de derecha, el estado pertenece a los “derechos” y las leyes de la nación se respetan únicamente a su conveniencia. A pesar de haber habido indicios propicios para la evasión de tal impunidad, e incluso la posibilidad de un gobierno simultaneo y justo como el de Benito Juárez durante la Guerra de Reforma (que por alguna razón AMLO prescindió), no podía esperarse otro resultado. Cuando a la mayoría de los constituyentes se les condiciona y apacigua con las prerrogativas milenarias del imperio Romano, que el poeta Juvenal bien describió como el método de “Pan y Circo,” es imposible redimir mentes enajenadas con argumentos validos. Para ese fin, los partidos de oposición tendrían que prostituirse y—como bien lo hizo el partido Republicano con Schwarzenegger en California—postular a un actor mediocre con tendencias megalómanas. No obstante, es dudable que haya suficiente progreso bajo tales circunstancias porque el diálogo y los medios del diálogo son el monopolio del truculento Estado de Derecho(s). Por eso, ahora se avecinan seis años más en los cuales habrá experiencias y resultados que excedan razones suficientes para hacer valido el dictamen de Santayana, pero no las necesarias. Como lo único importante parece ser pan, circo, maroma y teatro, se puede colegir que no aprenderemos de los errores de la historia para evitar cometerlos una vez más.

Esa es la Neo-Democracia Mexicana, que nada tiene de nueva ni de democrática, y que repite la historia de la Revolucioncita Mexicana al cometer los mismos errores.

La verdad, no es para menos. El marco de referencia, desde los tiempos de la revolución hasta ahora, sigue siendo Estados Unidos. Supongo que siempre hay cualidades que emular, pero como todo buen abogado o contador puede atestiguar, es imposible superar al jefe, sobretodo siendo su empleado. O tal vez ese es el propósito, porque parece interesante encontrar paralelos electorales entre ambos estados de derecho(s), ¿no?

Una de las grandes paradojas, que engendran más risa que pena, es el unísono canto a favor de la aceptación y conformación en nombre de la “democracia.” El vicepresidente Gore en el 2000—tal y como lo ha hecho AMLO hasta hoy—por lo menos tuvo agallas para confrontar los resultados electorales hasta que la Suprema Corte de Justicia Estadounidense falló, en términos reales y simbólicos. En el 2004, Kerry, con su cadavérica presencia, ni siquiera tuvo los huesos para bregar. Bajo la tutela de “papá norte,” en México se acudió al TEPJF para resolver el conflicto en menos de 15 minutos y la mayoría del pueblo se creyó el cuento “democrático” que ahora recitan. Es posible que por causas aludidas previamente tal saeta se genere. Sin embargo, cuando se grita “democracia,” parece no hacerse a favor de la supuesta mayoría que votó por un candidato representando la supuesta continuidad de un cambio, sino por el candidato mismo. Con eso de que AMLO es morenito y está medio lagarto, mientras FeCalderón es blanquito y telegénico, a lo mejor éste último está más capacitado. Tal situación parece complicar la paradoja, circunstancia que tiene que ver mucho con la psicología del mexicano colonizado: Con tal grito se mantiene el caudillismo en México y se perpetúa el racismo y el auto-racismo contra los indígenas. No por nada parece ser que AMLO no haya sido aceptado como un caudillo indígena, o por lo menos de los pobres. No me sorprendería que si lo mataran, al cabo de unos años de su asesinato, la historia oficial lo adoptara como un icono del cambio “democrático”, tal y como hicieron iconos de la Revolución a Zapata y a Villa. Otros caudillos revolucionarios, los que se quedaron en el poder, permanecieron vivos, sin embargo. Esta es una de las razones por las cuales uso el término de La Revolucioncita Mexicana: Zapata y Villa son pan, y su aceptación en la historia oficial son circo.

¿Un estado de derecho o un ejemplo más de impunidad por fallo jurídico?

Mi papá—que es más cínico que yo en términos filosóficos, no parroquiales—me envió una carta electrónica en la que me reitera que mi candidato no ganó. Al parecer, mi propio padre tampoco escuchó mis argumentos. AMLO nunca fue mi candidato. Hubiese votado por él porque no puedo votar por una revolución justa y porque con mi voto hubiese abogado por la disidencia. AMLO para mí representaba la politización de un país generalmente magro en conciencia política, un parte aguas para el verdadero diálogo, un posible caudillo corrupto para la verdadera confrontación con hechos y argumentos validos, un ejercicio para callar a los poderosos y darle voz a los silenciados. Simplemente, AMLO representaba, para mí, parte de un proceso hacía la continuación de una republica, que el estado de derecho(s) sigue confundiendo y tergiversando con una democracia directa. Con sus elecciones y su conveniente respeto de las leyes, los “derechos” arguyen que su republica es una democracia directa y venden el cuento a un grupo privilegiado que carece del lujo de la pobreza y de la lógica para evaluar su compra. Sin embargo, una democracia directa es más difícil de mantener que una anarquía, porque la última tiene más control con su ideología en contra de un gobierno autoritario y con su asociación “voluntaria” entre individuos libres pertenecientes a comunidades autónomas. No por nada, obreros en huelga luchan voluntariamente hasta la muerte en su lucha autónoma. Una democracia directa que tome en cuenta la opinión a través del sufragio de todos los constituyentes elegibles, si el estado de derecho(s) se la provee y la escucha, conlleva a más caos que una anarquía, y de paso se cae el sistema, como en las elecciones de 1988. No por nada Aristóteles arguyó a favor de la republica y los gobernantes Griegos lo escucharon. Y es que una republica no es más que una democracia representativa, no una democracia directa. Los “derechos” quieren venderla como una democracia directa para que los incautos nos creamos el cuento y ellos rijan a favor de los intereses que representan, en nombre de “la democracia”. Cuando se les confronte, argüirán que son simplemente errores insignificantes del lenguaje, pero acudirán al lenguaje mismo para seguir tergiversando la mentira, como la parentela administrativa de Bush y Cia. bien lo ha hecho. Así como Bin Laden y Hussein, AMLO es el anticristo y se parece a Chávez y Castro—¡Ay mamá! Y se defenderán métodos opresivos y preventivos que en principio signifiquen lo mismo que decir que no vale la pena nacer porque a final de cuentas se va a morir, o que es valido arrestar y torturar a un transeúnte que pase en frente de un banco porque representa un asaltante potencial. Y es que los gobernantes de un estado de derecho(s) son buenos para usar métodos indirectos de sujeción. Nada tiene que ver con que sean inteligentes, para que no los sorprenda, o machotes con botas y tejana, para que sepan quien manda. Son tan cobardes como los presidentes que huyen del país cuando una verdadera revolución de obreros que lucha hasta la muerte se alza y no pueden someterla con masacres. O son como Fox, que ni siquiera se quedó en el Congreso para recitar su discurso por una pequeña protesta, que si se compara con el levantamiento Zapatista, bien se pudo haber mitigado en 15 segundos. ¿Qué no es el Presidente? ¿El manda más? ¿El Caudillote Redentor de la "democracia"? ¿Ese es el tipo de líder que desea el país? Representantes como él, en nombre de la ley, huyen a los medios masivos de comunicación, que controlan (pero que Chávez no tiene derecho a controlar), para lloriquear y gritar: ¡Democracia! Es una útil, y cobarde, estrategia para mantener el control de los enajenados a la caja de monerías que representa la televisión. Si lo dice la tele tiene que ser verdad, sin siquiera tomar en cuenta que Fox no tuvo las agallas para confrontar al Congreso. ¿Ahora se imaginan confrontar a todos los constituyentes en una democracia directa? Gobernaría desde Irlanda, supongo.

Mi padre, al parecer, nunca escuchó que yo abogaba por la voz de los sin voz para que nuestro voto conllevara a una republica representativa. Sin embargo, en este estado de derecho, de “derechos” y de cobardes, las leyes son importantes porque fallan a favor de la impunidad.

Carlos Lemus.

5 comentarios:

COmpa dijo...

Bienvenido Tocayo,

Esto va de la mano con la revista Trovanguardia, que alguna vez ambicionabamos llevar a la luz de los escasos troveros y simpatizantes por el folclore latinoamericano en Los Angeles; así como las nostálgicas pláticas de política entre rojos, sindicalistas, locos, poetas, mojados ilegales, subversivos y cantautores; fuera del Green Parrot Cafe o en la cueva de Pasadena, Santa Ana o Montebello.

Hace no mucho el Yoda Mexicano, German Dehesa, empezó a publicar una página donde se promovía que se "des-pejara la ciudad" y circuló por los correos electrónicos una imagen de reforma que se iba aclarando conforme votabas, con el propósito de que la hermosa avenida reforma se viera limpia de gente que la ensuciaba con su precencia o con el chocolate de su piel. Ojalá estas lineas que escribes, y escribo, sean leídas por muchos, y que broten comentarios que alimentan esta capirotada de formas de pensar. Que con esto se despeje un poco los puntos de vista reales y se desempolve el pensamiento nublado por los compradisimos medios de comunicación.

Un abrazo de bienvenida

Carlos Ochoa

Yuval Ochoa dijo...

"La inferioridad de la democracia consiste en la existencia de oradores que se dirigen al pueblo, parecen estar de acuerdo con el en todo; pero solo buscan su propio interes. Estos hacen hoy las delicias del pueblo y mañana haran su desgracia; para disimular sus culpas, calumnian."

Euripides

y luego vuelve a decir:

"la masa es una cosa temible, cuando sus jefes son perversos"
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Yo me la paso cambiando entre pensamientos y posturas, pero cuando me doy ya cuenta estoy en la izquierda de nuevo, y no por eso quiere decir que porque hoy me sienta con ganas de ponerme un pasamontañas, voy a salir a votar por el PEJE solo para impedir que gane FECAL y la derecha. Se me hace igual de improvisado como el voto del miedo que tanto impulsaron los que antidemocraticamente ganaron.
No creo en el voto util, creo que cada voto es util, inclusive el nulo.

IKRAM ANTAKI dice: "Si fueramos un pueblo de dioses, seriamos naturalmente democratas" pero yo realmente creo que si fueramos un pueblo de dioses, seriamos naturalmente ANARQUISTAS, y no anduvieramos persiguiendo CAUDILLOS y entregandoles tanto poder que luego nos salieran rayitos de la esperanza por la culata.

Aun asi me gusto mucho tu articulo.

Anónimo dijo...

llegue por error a tu blog, y por error pongo este comentario:

¿entiendes todas las palabras que usas?

Ok, ya era todo mejor me voy al blog que si queria leer

trovanguardia dijo...

Mi querido Yuval. Agradezco tú comentario y replico sin hacer alusión a frases célebres porque entonces me sale el tiro por la culata. Sin embargo, seguiré haciendo referencias, como esta de Machiavelo: El fin sin justificar [o a pesar] de los medios.

Como sé que leíste bien el artículo, no hay necesidad de refutación sino de reiteración. Digamos que soy un anárquico-sindicalista pragmático. Mi alusión al caudillismo fue directa y simbólica. En una teocracia, tal vez aludida por Antaki en su frase, o por su desapruebo de la generación del ´68 porque en la familia no existe lugar para la democracia, el caudillismo se transforma en el control de unas leyes estipuladas por deidades, o por una deidad misma. Consecuentemente con mi idea, fui satírico—nunca como Euripides, pero por lo menos irónico—al discutir el caudillismo que se preserva y al que no se le da oportunidad por ser indígena. En el estándar doble de la sociedad, sólo el caudillismo de los unos puede valer, pero no el otro. Yo abogo por mi caudillismo transformado en mis intereses, que bien puede ser anarquía o nada, pero que está silenciado y tiene muchos adeptos que merecen una oportunidad en esta realidad controlada. AMLO era un medio para mi fin. En este punto de mi vida, la docilidad del centrismo y el espejismo de la democracia tal y como se vende simplemente es irreconciliable con la realidad que experimento. Si Euripides satirizaba la democracia griega hace miles de años, en la cual la mayoría de los gobiernos actuales están basados, puede que algo no esté funcionando bien. Al hacer un análisis histórico de la democracia, tal vez observaríamos que tal y como se vende ahora solamente funciona cuando el pueblo es pequeño y la cultura es un tanto homogénea, como en pequeñas tribus. No por nada, creo yo, que la social-democracia de Luxemburgo o Suiza funciona dentro de los parámetros establecidos de lo que se cataloga como democracia. El problema de la masa, tal vez, tiene mucho que ver con que sea tan heterogénea que es imposible embutirla en el molde de la democracia. Por eso le doy la razón a Marx con su teoría de conflicto, aunque no esté de acuerdo en como se han desarrollado sus ideas a través de los años.

Tomándome la libertad de redefinir a la democracia, yo diría que debería de ser una dinámica de interacción social basada en la cooperación para encontrar un equilibrio entre los diversos intereses de la heterogénea población. Sin duda, sería un equilibrio inestable, pero posible, como en los ecosistemas vírgenes a la intervención explotadora de los humanos.

En cuanto al comentario de Itzel, la verdad no entiendo nada de lo que digo. Por eso me da un gran gusto que Itzel haya llegado para explicármelo. Y si no puede, pues ya seremos dos. Por lo menos suena aburrido e ininteligible, como propuestas de candidatos que todos se creen.

Anónimo dijo...

Thanks :)
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