jueves, julio 03, 2008

Cambiamos los papeles

Vamos utilizando este tiempo para viajar a la utopía.

Los que creen en Dios ahora no creen, y los ateos ahora creen en Dios.

Los que creen en Dios, están ahora libres de cumplir alguna expectativa de vida eterna,
Los que no creen, ahora tienen la esperanza en el amor por cada una de las personas como hermanos.

Los que creen en Dios y su vida eterna, ahora ven a este mundo como único sitio, sin dejar para la vida eterna el cuidado de éste su único suelo.
Los que no creen ahora se sorprenden de la maravilla de una sonrisa como un milagro y no la estudiarán como efecto de reacciones químicas.

Los que creen en Dios, ahora no rinden tributo a autoridades que dictaminan la verdad absoluta y tienen derecho a ser niños preguntones,
Los que no creen en Dios, ahora tienen fe y esperanza nomás por tenerla y están convencidos que funciona.

Los que creen en Papá Dios con los ojos al cielo, ahora vuelven sus ojos a la tierra como su madre y la quieren, la tienen presente, les duele que la lastimen, le agradecen su pecho, su cobijo y no pretenden alejarse de ella hacia el cielo con Papá.
Los que no creen en Dios, ahora buscan el amor como camino, verdad y vida.

Los que creen en Dios, ahora tienen la libertad de gozar de los placeres del cuerpo sin el remordimiento de estar pecando y separarán la sexualidad del propósito de procrear.
Los que no creen en Dios, convierten el trabajo en ofrenda y agradecen cada vez que comen, se van a dormir y despiertan.

Los que creen en Dios, ahora respetan a las mujeres como iguales y nunca mas mencionaran la costilla como su origen, ni le echaran la culpa de sus propias fallas, ni siquiera por insinuación, no la destinarán al cuidado del hombre. Además cambiará el lenguaje coloquial cada vez que dice “hombre” por “humanidad” como “la historia del hombre” etc.
Los que no creen en Dios, se sorprenderán por el milagro de la vida.

Los que creen en Dios, dejarán de creer que heredaron la tierra para servirse de ella, así como las invasiones por decreto divino y no existirá jamás Dios en ninguna guerra.
Los que no creen, amarán a su prójimo como a si mismo. Y el amor no solo será cuestionado, si no vivido.

Los que creen en Dios, dejarán de creer que los últimos son los primeros, ni que es de los desgraciados es la vida eterna.
Los que no creen en Dios, ahora empezarán el Reino de Dios en la tierra y empezarán a dar de comer a los hijos de la misma Madre/Padre pues somos hermanos y ningún hermano dejaría morir a su hermano de hambre.
El que cree en Dios, y ahora no cree, estará librado de la arrogancia de ser heredero del trono.
El que no cree y ahora cree, estará librado de la arrogancia que todo tiene una explicación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Porra, me encantas!!... De una manera muy sencilla, expusiste la realidad de nuestros tiempos. Una realidad en la que creas en lo que creas, nos une a todos y nos lleva de regreso al hogar, ya sea nuestro padre-madre o la maravilla de la vida (segun seas ateo o no jejeje)
In lakech a laken... SatNam... Namaste... Amen...

Lorena Colin dijo...

Como siempre me sorprendes... siempre un poco mas...

Anónimo dijo...

ambos ateos y creyentes terminamos creyendo lo que se ajuste mas a nuestras necesidades... recuerdo un comentario tuyo camino a mochis hablando acerca de lo mismo dijiste "no manches prima en carretera si creo"
Como no gozar nuestro libre pensamiento si es lo mas gratuitamente puro con lo que contamos..