El Doctor Jorge Espinoza
Mi amigo, mi maestro, mi compañero de borracheras y guitarra en aquel inicio de siglo.
Yo iniciaba mi vida adulta y el me recibía con el mejor de los abrazos, fue de mis contados amigos en esa primera y dura etapa. Con casi treinta años de diferencia, jamás sentí lejanía, me sentía super respetado por él, incluido como el que más.
Era amigo de mi tía, pero me lo apropié, una noche nos tomamos tantas botellas de vino tinto que no cabían en la mesa de centro, eramos solo 4 personas, él, yo y dos musas que nos hicieron tocar la guitarra toda la noche, él con sus interminables hojas, yo con mi limitado repetitorio. Regresé borrachísimo a casa, y fui responsablemente a trabajar temprano al siguiente día, con un desvelo mayúsculo tanto como mi sonrisa.
Compartimos música, el gusto por cantarle a las mujeres, por hacer sentir bien a la gente, la canción que te hace una mejor persona, y nuestra manera limitada de tocar y cantar que nos hacia querernos, respetarnos y hermanarnos en una sana bohemia.
"Dime que soy buena onda" le decía a una señora que claramente estaba sonrojada por su galanura, mientras la veía a través de la copa de vino con esos ojos que solo el sabía clavar. Era evidentemente un caballero.
Tango al amor "no le hace" una obra suya de desapego amoroso que llevo más en el corazón que en la memoria que cada vez mengua más.
Poco tiempo, profunda amistad
"Si no fuera por estos momentos de la vida" al final de la noche decías y mi corazón sonreía.
Tanto que reimos, que nos decíamos apuntandonos con el índice
"you.... you.... you are good you".... you are very good!
(lo hacíamos justo como en la película de "analyze this" pero a nuestra manera)
Hasta pronto querido Jorgito
1 comentario:
Un abrazo fraterno querido y respetado Carlos, invaluable el tesoro de conocer personas de ese kilataje.
Ahora solo queda: seguir vibrando cuerdas que con si vida alienten la memoria.
Publicar un comentario