miércoles, octubre 11, 2006

Mis libres letras: Enrique Krauze y le Embriagante Historia de la Embriaguez Histórica.

Debo admitir que el ensayo “Embriaguez Histórica” de Enrique Krauze (www.letraslibres.com/index.php?art=11537) me inquietó más de lo que usualmente me incomodan ciertas cosas que leo. Lo he leído varias veces y, después de una semana, sigo sin poder señalar con exactitud qué es lo que me inquieta. Pude haber dicho “qué es lo inquietante,” pero, la verdad, como yo soy quien le interpreta, me considero el único responsable de la contrariedad. No estoy en desacuerdo con varios de sus puntos. Incluso, considero que son acertados. Sin embargo, tal y como Krauze mismo describe al recapacitar sobre una reflexión de Paul Valéry que en algún momento creyó exagerada, yo creo que Krauze exagera en su interpretación de AMLO como un megalómano delirante dispuesto a apropiarse de la historia para beneficio propio. Y no tanto porque no sea verdad, sino porque AMLO no monopoliza esas condiciones.


Supongo que como Krauze ha publicado el ensayo como comentario, y no porque lo haya hecho en su revista, tengo que respetar que su opinión no haga uso de la falsa objetividad de los medios para balancear el contenido incluyendo otros ejemplos de megalomanía, como el caso de Felipe Calderón, por ejemplo. Asumo, sobretodo, que como historiador—quien incluso ha escrito ensayos biográficos sobre personajes de quien AMLO se ha apropiado—él debe saber más que yo. Lo irreconciliable del ensayo es, sin embargo, que como historiador hable de la diversidad de perspectivas que suman la realidad histórica Mexicana, que amoneste a AMLO arguyendo que la historia política de México no es un retrato en blanco y negro, o que explique que la realidad es una película sin libreto, pero que, paradójicamente al hacer estas aseveraciones, tome partido, polarice la historia y escriba un retrato en blanco y negro con el comentario representado en las páginas de su revista.


Tal vez porque Krauze cree que la historia no puede monopolizarse, en lo que estamos de acuerdo, haya decidido escribir y propagar “su versión” a través de su revista. Ese esfuerzo es laudable y merece leérsele. Yo seguiré leyendo la revista, como leo otras, para estar al tanto de unas cuantas de las múltiples versiones de la historia. Sin embargo, yo me pregunto: ¿Que pasará dentro de 100 años si la revista “Letras Libres” se convierte en un archivo oficial de la historia de México? Si un historiador astuto puede interpretar el ensayo de Krauze como un ejercicio disidente ante las condiciones contemporáneas de la política en México (que ejemplifica una de las microhistorias que él mismo alude), entonces su propio argumento encontrará validez histórica. Pero, como revista establecida que puede archivarse en bibliotecas, como revista que la mayoría del pueblo no compra porque no sabe leer o porque no tiene el dinero para adquirirla, o como revista que representa la versión histórica aceptada por sus propios editores, ¿qué tal si en el futuro los historiadores la interpretan como voz oficial del pueblo para reconstruir la historia política de México en el 2006? ¿Habrá entonces oportunidad para incluir en esa reconstrucción voces disidentes, microhistorias que no fueron publicadas en la revista o que no pudieron ser archivadas en medios alternos?


Las voces disidentes abundan en la historia y no siempre han recibido la atención que se merecen. De vez en cuando llegan historiadores como Howard Zinn, James Loewen, o Studs Terkel para reconstruir esa historia a través de las propias voces de los disidentes, que en muchos casos son quienes crean la historia. El archivo histórico sugiere, sin embargo, que los vencedores escriben la historia a su favor y callan a los disidentes. No por nada, aunque el 2 de Octubre de 1968 en Tlatelolco no se olvide, la masacre permanece como pie de página en los libros oficiales de la historia de México. Existen miles de textos reseñando la verdadera historia del 2 de Octubre, pero, al ser voces disidentes sin apoyo de medios establecidos, han sido desdeñadas. El “New York Times” puede publicar falsedades, y aunque se retracte semanas después en letra microscópica, el daño ya está hecho y nunca pierde su estatus en el pedestal de la noticia. Pero si cualquier periódico disidente publica verdades, las razones regularmente son cuestionadas como motivos ulteriores.


Yo respeto que Krauze haya publicado su opinión, aunque ésta implique la paradoja antes mencionada y lo haya hecho en el medio establecido que representa su revista. Por eso, al leer cualquier reflexión histórica—incluyendo la de Valéry, la de Krauze, o la mía—sugiero tomar en cuenta una reflexión de Buadelaire, que nunca se me ha hecho exagerada, en la que propuso que la historia debe de escribirla el pueblo y no los agentes del poder establecido.

Carlos Lemus.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver bola de intelectualoides, los invito a leer el primer artículo de nuestro estimado "ser progre es chido"

http://relatosdesdelobscurito.blogspot.com/2006_04_01_relatosdesdelobscurito_archive.html

Vaya que tiene talento, mira que compararse con una pizza nadie lo había pensado, :)

Progre: ¿Aún así sigues pensando que puede escribir sobre Krauze?

Anónimo dijo...

http://relatosdesdelobscurito.blogspot.com/2006_04_01_relatosdesdelobscurito_archive.html

Este es el de la pizza...