Al kilómetro 2.5 patrocinado por gatorade (hasta el parque público se ha vendido para convertirse en un comercial), tuve que parar, a toser, porque el olor a quemazón aparentemente proviniente del tán castigado, bosque de la primavera era tan fuerte que mejor me detuve, no es para nada que estuviera cansado, o que me estuviera rindiendo, es realmente que no se podía respirar y era algo que de verdad "no estaba en mi".
Fue entonces cuando la reja y el apeste me invitan a voltear hacia mi lado izquierdo... (esto parece convertirse en costumbre) y llevarme uno de los mayores corajes del año. Es verdad, no quiero convertirme en un hamster corriendo en la maldita bandita encerrado en mi casa o un gimnasio, por lo cual tenga que pagar para estar saludable, quiero hacer uso de mi garantía individual de "libertad de tránsito" pero tampoco me quiero morir como una rata envenenada, solo porque algunos literalmente "les vale madre" y permiten que existan quemazones de esta naturaleza. En el pueblo de mi mamá, se mueren las viejitas, como algunas tías, de cancer o enfisema pulmonar porque el progreso no ha alcanzado a llevarle los camiones de basura, hasta hace apenas como 10 años, y tuvieron que practicar la quema de basura fuera de sus casas, pero en la segunda cuidad mas importante ¿ésto es legal?
La frontera entre lo posible y lo imposible, de lo legal a lo "no me importa". Estaba la gente caminando a través de este humo, con paños humedos sobre sus rostros y parecía yo el único indignado.
Lo unico que podía ver a lo lejos era una pipa de agua de esas privadas, yo esperaba ver bomberos o protección civil pero no. Ésto esta muy parejito pa ser un accidente, pa mi que les fue mas barato echarle putrefacción a los pulmones de los ciudadanos que contratar (y generar empleo) a unos compas que con gusto les limpiaban el terreno. Échenle, que al cabo ni hace calor, que al cabo que pueden culpar a unos adolescentes de vándalos, échenle que al cabo cuando estén esas residencias rete bonitas ni quien se acuerde de las puercadas que se les permiten.
Me fui realmente triste y no pude evitar ver a los gringos que nos entretendrán el próximo fin de semana con sus marometas en bicicleta, mas valía emborracharse y perderse en las melodías de la nueva fuente en la plaza tapatía a tirar una lágrima de tristeza o de humo.
Dónde estas chapulín? no ves que pregunto ¿ahora quién podrá ayudarme? al gober de mi estado nomás le escucho decir "¡Me vale Madre!"
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