sábado, noviembre 17, 2012

Lo olvidé por gilipollas

Se me olvidó lo insignificante y minúsculo de ser.
La fuerza del agua, lo rebelde del viento, la constancia de las olas
Olvidé por completo que la propiedad privada, es un invento para justificar un ego
Que el amor romántico es un invento del siglo XVIII, para vender teatro y literatura
Pasé por alto que la rebeldía es la perversa manipulación de la venta de novedades utópicas
Di por sentado verle completa y sólo me concentré en sus ojos,
por no ver, nos creí solos en el mundo.
¿Será la esencia o la carencia?
Olvidé distinguir la realidad, me enamoré de fantasías... 
como en la infancia.

Di por hecho que era realidad el sueño y desperté solo
con la garganta irritada y dolor de oído, y sigo con la inercia del diálogo.

Me bañé tres veces y aún no despierto.
Joder no hay nadie... nomás estoy enfermo.


El amor es una enfermedad, y a los enfermos cualquiera nos renonoce.... por las ojeras que provoca la falta de sueño, o por la necesidad de decir estupideces. El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago, pero no se puede prohibir, no hay leyes internacionales que impidan este derecho"... (Eduardo Galeano)

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