El edén en la tierra son tus ojos, son tus manos y tus piés sobre los miedos.
Es el anhelo del arbol de la verdad en una plena desnudez.
Todo se trata de vos,
Algo se gesta, algo provoca, está explotando
Se me atora en el cuello, no se como sentir.
Se me seca la piel, si naufrago me muero, no habrá cachitos que recolectar
Al final, la quietud, esa que siente el que no tiene fuerzas a causa del ayuno.
Al inicio el silencio, ese con el que te vi de reojo.
Con el abrazo largo y cómplice, con los olores de primavera.
Y así. dormimos.
A besos hasta entrar en el sueño para despertar a besos.
¿Porqué no?
IAC Photo Ileana Aguilar Cervantes
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