Bien pueden ser sus ojos atentos a la sorpresiva carica de unas manos que no dejan de asombrarse.
Puede que también se peguen las palabras para callarse a besos y honren el silencio.
Puede ser el aroma de los portales en primavera, y la frescura del agua río abajo.
Pueden ser unos piés desnudos descansando la vida, un cuerpo que transpira esperanza, desechando las penas.
Bien puede ser el camino certero, que conoce muy bien.
Puede ser todo en conjunto, puede ser un increíble golpe de suerte...
No voy a negar que inció el cielo en los portales de estos cuatro caracoles.
Aquí estoy.
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