Tiempo falta para descifrarte, que ya ni me importa el tiempo que se pasa, porque le dedicamos tiempo al tiempo, esta vida no nos alcanzará, pero aquí estamos, dando muchas vueltas que parecen que van al mismo sitio. Pero ¿Qué crees? no es el mismo sitio, de por si el caracol da vueltas y vueltas pero va hacia adentro, hacia lo más profundo de ese nuestro corazón, esa complicidad de los meros locos, y luego se llueve para afuera para repartirse al mundo entero, como un gran abrazo, a cada uno de los pequeños y los grandes entre mas vueltas y vueltas pequeños se vuelven.
Hace tanto tiempo... cuándo el tiempo no era tiempo, cuándo aquellos grandes dioses eran puro vacilón, habladera y verdad... ahí estabas... ahí estás... ahí estamos ...porque los dioses, los primeros, los que nacieron el mundo, decían que uno eran dos y dos eran uno, y siete veces lo repetían, pero como el tiempo no era tiempo pos no había problema con estas cuestiones matemáticas... que de por si no eran problema... porque problemas tampoco existían... osease que eran muchos.
Así como en las primaveras, uno más que quince, los destellos de vida que había en el bosque de la tierra, que era muy bonito lleno de pinos, ahuehuetes y robles, como que ciertos dioses bajaron del cielo para echar palabra pero al estar juntitos disque pa escucharse mejor al acercarse por primera vez, así estos dos dioses coquetones descubrieron el beso y muy felices se pusieron porque al juntarse las estrellitas nacía una viva muy viva... y beso le pusieron...
Así pues siguieron, acercándose y luego que cambian la manera de echar palabra y nace la pregunta y que se ponen a jugar con la nueva manera de decir palabra, estos muy locos, porque preguntándose se escuchan estos y los todos también, pero es mas sabroso cuando se juega.
Al ratito que va apareciendo un Caballo, con una mujer montada que iba desnuda, osease sin ropa, en ese su caballo negro, el caballo era narizón y tenía sus dientes grandes, pero la mujer que le montaba era de por si muy bonita. Casi al llegar donde estaban los dioses echando palabra y beso, el caballo se pone a tomar agua en el lago que ahí estaba, ahí nomacito, y la muchacha ve el reflejo del caballo en el agua y triste se pone porque cree que es ella, y se cree narizona y dientona, pero de por si era el caballo el feo, pero que a la muchacha le nace algo por dentro y tímida se pone, como el color del beso, pero de pena, porque creyó que fea estaba y de por si sin ropa.
Más al ratito, porque tiempo no había, que llega uno de los que estaba jugando a echar palabra y chispas, con una pregunta de frente, por que de por si era todo lo que estaba haciendo, preguntar y besar. ¿Cómo te llamas?- Preguntó el dios y que no supo responder, porque nadie le había dicho que iba a tener un nombre, -No sé- respondió. -Además que importa ya me voy- Ella moría de pena porque la había visto aquel que se decía que era un dios. -Espera no te vayas, no te quise molestar-... Está bueno pues, pero no me veas, voltea a ver el piso- Dijo la muchacha lo que pasa es que la pena pues no se iba.
-Esta bueno pues, me vas a tener que enseñar que es eso del nombre.- Preguntaba sin bajarse del caballo. -Si pues, es como te nombro, no te puedo llamar árbol, porque el árbol es éste, ni agua, porque agua es esto, ni Mujer, porque Mujeres hay muchas, ni Caba... - ¡Ya pues, ya! entendí- ósea que ¿yo escojo cómo me llamo?- Dijo la muchacha- Si pueees dijo el dios. -Pues me llamo Mariana. -Muy bien.
Tomó unas pieles que tenía para dormir, se cubrió con ellas y bajó del caballo
-¿y tu, escogiste tu nombre?
-No, a mi me pusieron Nelson.
-A bueno. ¿Y de donde vienes Nelson?
-De la playa negra, donde hay muchas muchas gaviotas, lejos muy lejos.
Así pues el Nelson y Mariana se pusieron a compartir sus pensamientos e historias que eran terriblemente hermosas, uno había ayudado a muchos a que se escucharan y la otra había ganado muchos amigos pero que los iba dejando atrás, porque el caballo la llevaba a lugares diferentes.
-Y tu caballo. ¿Cómo se llama?
-Chup, ahora se llamará Chup.
Así echando palabra, llegaron otros 3 a hacer mosca nomás, Migue, Pepe y Lalo, pero rápido se fueron porque iban a cuidar la milpa y el Chayotin que tenían sembrado, pero de por si todos se fueron no sin antes echarle ojo a la Marianita que muy bonita estaba, pero Nelson les echó nomás una su mirada y rapidito se fueron a ver que había puesto la marrana o digo a la milpita.
Para esto Mariana estaba muy interesada en esta otra vida que el Nelson tenía pues y le gustó esta nueva manera de echar palabra, preguntando y escuchando y así pues el Nelson quería echar palabra de Amor, osease que enamorarla pues, a Mariana y que empieza y saca su guitarra y le dedica una que otra cumbia, una que otra ranchera y pues que no, Mariana quería seguir preguntando.
En una de las canciones que el Nelson canta, decía "Amor, Amor, Amor... Amor, Amor, Amor... quiero que me vuelvan a mirar tuus oojoooos". Entonces que la Mariana le empieza a preguntar eso del Amor, -aaaaarrroooooozzzzzzz con leche, ya me dio hambre dijo el Nelson. Mariana recuerda que tiene unos taquitos pal camino en el caballo y que rápido se para para ir por ellos. Así pues Nelson la sigue pues se paró muy derepente así nomás. Mariana aprovechó el viaje para echarse una peinadita y arregladita porque como que ya empezaba a ver que como que varios muchachos se acercaron, aparte del Nelson y éste le toca el hombro cuando se estaba poniendo quien sabe que cosa en los labios y había hecho un batidero con las cosas todas alrededor del caballo. Mariana enfurece con Nelson por metiche y que lo manda al lago a echarse un chorro de agua fría.
Ya pues Mariana que perdona al Nelson, porque muy interesada estaba en la platica esa de lo que era el Amorrrr... que si tenía algo que ver con el arroz con leche o que era pues. Entonces que el Nelson le platica como fue que echó beso por primera vez con una mujer que era de dos lunas más lejos que él y hacía muecas con su trompa parada, que de por si trompudo era el Nelson. La Mariana tenía los ojos como lunas grandotas y abiertas y se le entreabría la boca de ver la pasión que le echaba la mímica pero le daba pena y los cerraba.
-Oye Nelson y ¿qué es necesario para echar beso?
-Pues ser una muchacha, así como tu, que se acerquen con otros labios así como los mmm...- Asiente parando la trompa el Nelson.
-No menso pero echar beso así como platicabas,- Dice Mariana
-Pues que seas una MUJER. Y que te acerques pues como preguntando pero en voz baja.
-¿Oye y era bonita la del beso?
-Pues Si, era bonita, pero ¿sabes una cosa? Eres más bonita tu.
-No seas mentiroso yo estoy narizona y dientona.
-Ah pero claro que no, ¿será que no te has visto bien?
-Es más me parezco al caballo
-Claro que no mira déjame te lo voy diciendo mas de cerquita
-¿Quieres echar beso? -Pregunta Mariana, y SAZ pena le da al Nelson porque de por si, si quería besarla pero nunca espero que le preguntara la Mariana, él creyó que la iba a sorprender, pero el sorprendido fue él.
Se acercaron pues, y echaron ese beso clandestino, como de por si en los estos lugares se dan, de tal manera que al juntarse se brilló una estrella como la de los dioses, pero de color rojo porque los dos mucha pena tenían y en ese beso se hicieron es la estrella roja.
Desnudos quedaron echando palabra, pregunta y beso, cansando sus cuerpos sobre la tierra pero sentían que volaban de tanta pasión que echaban.
Después le pusieron rojo al color de la pasión, y a la pasión de la mujer, al escuchar de los hombres y mujeres verdaderos, al de la luz de lo obscurito... y así que nace la estrellita roja.

De todos los medios de comunicación
en este mundo tan codificado
con el internet y otras navegaciones
yo sigo prefiriendo
el viejo beso artesanal
que desde siempre comunica tanto
Mario Benedetti