Y no lo dije yo:
Bastó que cayeras en un vaso con agua
Para diluirte y desaparecer." Pensaba el jóven, al caerle una gruesa lágrima sobre la comisura izquierda de su dispareja sonrisa.
Para diluirte y desaparecer." Pensaba el jóven, al caerle una gruesa lágrima sobre la comisura izquierda de su dispareja sonrisa.
"Dios," iniciaba Martín su oración, "Quítame todo, ya he aprendido a dejar casí todo, pero por favor esto no, la dejo ir pero que no se vaya, que no me deje la música"
Que real parece soñar con utopías.
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