martes, septiembre 28, 2010

Puente

A modo de homenaje:

Alejandro decía que venía de un puente, no se sabe si su venida al mundo fue por debajo de el, porque así fue su suerte...

Llevaba la música en las yemas de los dedos, en su olor a cuba y a cacahuates, en su amigable afro, en sus lentes y su particular sonrisa, pero detrás de todo esto... una peculiaridad tristeza que salía en forma de Jazz.

Carlitos nació en la casa de arriba, nomás le bastó aprender el ritmo de caminar y bajar escaleras, para reunirse cada mañana con el músico de abajo. Carlitos todavía ni hablaba, pero entraba siempre acentuando el cuarto y el primer compás, con su boca llena de "cahuates" que encontraba debajo de los los pies a contratiempo del músico. Ambos disfrutaban de la música y la compañía mutua.

Pasaron algunos años, entonces Alex murió un día después que se le pegó la gana, sin avisar a nadie como era su costumbre, cruzó el puente y se marchó lejos.

Aunque Alex ya no está más, aunque se haya marchado, su amigo sigue escuchado esa misma tristeza en la armonía que nace del alma, dice que él nació con los sonidos de Alex y lo siguen persiguiendo tras la nostálgica improvisación de algún músico con el corazón roto.
El lamento del piano de Alex era parecido al sonido de un velorio de un joven, a una ambulancia, a una expulsión definitiva, una cruda, un niño abandonado en el desierto, una promesa olvidada, a una desgarradora despedida, a una mentira, a una cruel cobardía, a impotencia, a humo....

"Yo nací con el Jazz sin darme cuenta," dice Carlos en voz baja al mismo tiempo que exhala su cigarrillo, con una cuba en la mano, "y parece que me lleva al puente donde murió mi primer amigo..."


Con mucho cariño y tremendo respeto gracias por la música.




8 comentarios:

Anónimo dijo...

I like this.
Stranger

Anónimo dijo...

me regrese de la cama para leerte y valió la pena, mis distancias a estas redes me alejan de tus relatos con la sensibilidad que te caracteriza. Gracias por compartirlo. Un abrazo

Anónimo dijo...

no mames pinche carlos. no me lo esperaba. me transportaste a ese lugar y a esos años. que padre homenaje! hace tantos tiempo que no pienso en mi tio Alex. ya se lo eseñaste a mi mama o a paco y a silvia?.
puta. me conmovio un chingo.
que bien lo escribiste. neta.

mandale el relato a mis tios paco y silvia y mi mama. les va a encantar k.
Memo

Anónimo dijo...

Carlitos, qué manera de escribir (Y la foto, guau). Gracias por el regalo inesperado que para nosotros es tu texto. Nunca hubiésemos imaginado, en aquellos momentos, que lo vivido tuviese en tí tal impacto y que nuestro querido y añorado Alejandro -el Afro, el de la copa en la mano, el que vibraba con cada nota que le arrancaba al piano, el que sonreía y bromeaba contigo y con quien se dejase- hubiese dejado una marca profunda en tu vida. Con un gran amor para tí, LOS PUENTE, Francisco, Silvia, Nahiely e Itzel

Anónimo dijo...

me encantó,que bonito tener a ese gran ser humano,que marcó nuestras vidas,siga vivo en nuestros corazones,gracias por compartir tus recuerdos,saludos.Nahiely

Anónimo dijo...

Carlitos, me gustó muchísimo lo que escribiste, al leerlo, evoqué experiencias, percepciones parecidas. Recuerdo a mi tío, con su "cabezota", tocando el piano con el cigarro en la boca; la luz tenue, la habitación opacada por el humo y la tristeza. Pero al vernos (a los niños), daba un trago a su bebida, sonreía y jugaba..."Ven flaca", me decía, y yo me sentía importante, sentada en sus piernas, viendo sus dedos moverse con rapidez, produciendo sonidos hermosos.
Siempre lo recordaré: mi tío que vivía abajo, que se iba por las noches perfumado y con ropa de colores y que en las mañanas usaba lentes oscuros y le encantaba la salsa tabasco. Una gran persona que, como dices, expresaba todo a través de la música.
Gracias tío por haber existido, siempre recordaré tu mirada.
Itzel

Anónimo dijo...

GRACIAS, POR EL RECUERDO QUE ME TRAEN ESTAS NOTAS, EL ESTARA SIEMPRE EN MIS PENSAMIENTOS Y EN MI CORAZON PUES SUS MANOS Y SUS OJOS DEJARON UNA HUELLA QUE NO LA BORRARA NI EL VIENTO, NI EL TIEMPO, POR SIEMPRE VIVIRA TU RECUERDO EN MI Y LA TRIZTEZA DE TU PARTIDA TAN INESPERADA .

Anónimo dijo...

Carlitos me encantó lo que escribiste sobre Alejandro mi hermano. Tienes un gran talento para la Literatura, que no te conocía. Gracias por lo que escribiste sobre mi hermano. Alejandro siempre vivirá en mi corazón y me emociona mucho comprobar que también vive y vivirá en los corazones de otras personas que tuvieron la suerte de conocerlo. Un fuerte abrazo, Francisco